Estos niños son especialmente problemáticos, poseen un espíritu destructivo, son insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos. También son niños difíciles de educar, ya que pocas veces pueden mantener durante mucho tiempo la atención puesta en algo, con lo que suelen tener problemas de rendimiento escolar a pesar de tener un cociente intelectual normal. Son muy impulsivos y desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les indican, o incluso hacen lo contrario de lo que se les dice. Son muy tercos y obstinados, a la vez que tienen un umbral muy bajo de tolerancia a las frustraciones, con lo que insisten mucho hasta lograr lo que desean. Esto junto sus estados de ánimos bruscos e intensos, su temperamento impulsivo y fácilmente excitable, hace que creen frecuentes tensiones en casa o en el colegio. En general son niños incapaces de estarse quietos en los momentos que es necesario que lo estén. Un niño que se mueva mucho a la hora del recreo y en momentos de juego, es normal. A estos niños lo que les ocurre es que no se están quietos en clase o en otras tareas concretas.
Causas de la hiperactividad A pesar de que se trata de un trastorno frecuente en los niños, todavía no se conoce bien el origen de la hiperactividad. Algunos expertos consideran que la poca atención se debe a un retraso en el desarrollo del cerebro, aunque esto no está demostrado. Otros afirman que la causa del exceso de movimiento está en factores hereditarios y, finalmente, los hay que se inclinan por un daño mínimo en las estructuras cerebrales, que no pueden descubrirse con los métodos de diagnóstico que existen hoy en día. La opinión más generalizada entre los expertos es que hay varios factores que interactúan de forma conjunta.Posibles tratamientos En la actualidad, se dispone de tres tratamientos para ayudar al niño: el farmacológico, el psicológico y el educativo. Farmacológico: los medicamentos que se utilizan son un buen apoyo, mientras se combinen con procesos de enseñanza para que el niño aprenda a regular su conducta. Psicológico: los padres juegan un papel fundamental, ya que ante todo han de crear un ambiente familiar estable, con unas normas conocidas y explícitas. Las técnicas psicoterapéuticas que se aplican están destinadas a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño, a la vez que se le aplican técnicas de modificación de la conducta. Educativo: una manera efectiva de modificar el comportamiento del niño es a través de la ayuda educativa con premios y castigos.
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